martes, 22 de octubre de 2019

Un suspiro en medio de la eternidad


Mil años, para ti, son como el día de ayer, que ya pasó;
son como unas cuantas horas de la noche.
Salmos 90:4 

La eternidad se refiere a aquello que no tiene ni principio ni final, podríamos definirlo como el tiempo mismo, que no tiene un comienzo ni un final; bíblicamente lo único de lo que se dice que no tiene ni principio ni final es Dios mismo, quien existe desde siempre y para siempre.

Si comparamos la vida del hombre, que vendrían siendo como mucho 70 u 80 años y en casos extraordinarios hasta 100 o algunos años más con los miles de millones de años del universo y con la eternidad, ¡Hasta la duración misma del cosmos es apenas un suspiro en medio de la eternidad!. Es por ello que la escritura dice que son "como mil años" un día para Dios, lo cual nos da la confianza de que Dios no cambia y disposición para cumplirlas siguen siempre frescas en su memoria.

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